Hace ya un par de años, uno de mis discos duros dijo "hastaquíhemosllegao", y se quedó tan pancho. Bueno, en realidad lo que dijo fue algo ansina como "clonc, clon, clonc, click, click, clonc, iiiuuuuuuuuuu...". El menda cascó de mala manera y no había manera de que ningún equipo lo reconociera para intentar recuperar su contenido, lo cual me fastidió bastante porque, como buen informático, la copia de seguridad más reciente era de varios (bastantes) meses atrás. El disco en cuestión era el de datos de mi equipo de trabajo. Y lo bueno de trabajar en cosas relacionadas con Internet es que tienes una copia de casi todos tus trabajos al día repartidas por varios servidores. Así que dos días después ya estaba nuevamente a pleno rendimiento. El tema correo fue algo más delicado, y perdí bastantes anotaciones de clientes, y muchísimos mensajes personales. Varios días más y ya estaba nuevamente al día con los clientes, y en cuanto a los mensajes personales, pues en fin, que le vamos a hacer....
Lo que sí que me dolió fue que en el susodicho disco se quedaron enterradas unas 3.000 fotos (que iba pasando a CD-ROMs, pero con bastante calma), entre ellas algunas con bastante valor sentimental. Y esa fue la principal razón de que el disco, en vez de ir a parar al centro de reciclaje o a la papelera más cercana, fuese envuelto amorosamente en plástico de burbujas, y puesto en letargo en espera de tiempos mejores. Algunos años atrás ya habíamos sufrido la pérdida de un disco de suma importantancia, y recuperar los datos nos salió por la bonita cifra de 400 kptas, una cantidad bastante por encima del valor emocional de mis fotos (les aseguro que después de estos dos incidentes, nuestra política de copias de seguridad ha mejorado notablemente).
Pero hete aquí que recientemente, por circunstancias que no vienen al caso, he tenido un repentino interés por recuperar algunas de las fotos en cuestión, así que me lancé a nuestro amigo Google a buscar empresas que se dedicaran a estos menesteres para pedirles presupuestos. Pufa. Las empresas grandes del sector daban un presupuesto de entre 800 y 2.000 euros, que seguía siendo >> valor emocional y práctico de las fotos en cuestión. Así que buscando y buscando, llegué a una página en la que unos señores comentaban su buena experiencia con una empresa en un caso similar. Me hizo cierta gracia el comentario, porque decía algo así como "aunque su página web no inspire mucha confianza". Lo cierto es que en mi búsqueda ya había desechado dos empresas porque su página web no me inspiraba nada de confianza (apunten, señores empresarios: una web es su cara al mundo. Si la cara no gusta, están perdiendo clientes), y otra más porque su formulario para solicitar presupuestos no funcionaba, y no daba una dirección de correo de contacto (apunten, señores empresarios: una web es un excelente canal de comunicación. Si no sirve para comunicarse, están perdiendo clientes).
Volviendo al tema, visité la web en cuestión, que ciertamente es bastante mejorable, y rellené el formulario de contacto. En un par de horas, recibía la respuesta con el presupuesto, y oh, albaricias, era menos de la mitad que cualquier otro que había recibido. Y ese precio sí que era asequible y < valor emocional y práctico de las fotos. Así que les envié el disco. Y recuperaron su contenido. Y en dos semanas ya tenía mis 3.000 fotos, mis correos personales, y todas las webs en las que estaba trabajando por aquel entonces, llenas de tablitas y casi sin estilo (punch intended).
Y como de bien nacidos es ser agradecidos, aquí les dejo los datos de la empresa, por si algún día se ven en la misma tesitura:
Espero que nunca tengan que usar de sus servicios.
(disclaimer: que conste que no conozco a esta gente de nada más que de esta reparación, y no me llevo comisión ni descuento por este mensaje ;)