Webeando (con perdón)

No daremos nombres ni muchos detalles por aquello de mentar el pecado pero no el pecador, y porque en estos lares nos conocemos todos y tampoco es cuestión de airear según que detalles, pero lo cierto es que hay cosas que le dan a uno un buen rollo que pa qué...

No ha mucho, presentamos un presupuesto para un proyecto muy muy interesante. Bien pagado, útil para la gente de a pie, y que nos podía generar muy buena publicidad. Digamos simplemente que se basaba en puntos de información, que ofrecían dos tipos de contenidos: unos muy concretos, y otros muy generales.

Presentado junto a otra empresa, se iba a desarrollar completamente sobre software libre (Linux, PHP, Apache...), con una red de servidores distribuidos en toda la comarca, información actualizándose de forma continua desde un servidor central a base de conexiones por móvil y por satélite, en tres idiomas... Como digo, muy interesante tanto por el desarrollo técnico, como por los contenidos y la utilidad del mismo.

Pues bien, a este interesante proyecto también se presentó otra empresa. Al cliente le pareció mucho mejor nuestra propuesta, ya que (según fuentes extraoficiales), aparte de incluir los contenidos generales (que no incluía la otra empresa), nuestro plazo de realización era de tres meses (un año la otra empresa), y nuestro presupuesto era CINCO veces menor (y eso que en contra de nuestra tradición, esta vez no fuimos precisamente baratos). Así que muy contento él, nos comunicó la nueva nueva e incluso algún que otro desarrollo posterior que podría hacerse en base al trabajo a realizar, y tal y cual...

Peeeero, hete aquí que la otra empresa es precisamente la que ha desarrollado el sistema de gestión y explotación que genera los contenidos muy concretos que antes comentaba. Y al recibir la buena (para nosotros) nueva, pues se ha negado a proporcionar esos contenidos. Y sin esos contenidos no hay proyecto. Así que no hay proyecto.

Lo dicho, un buen rollo que pa qué...